El proceso de tueste sirve para producir un café sabroso y el método empleado para tostar el café afecta también en su sabor final. Un buen tueste puede influir más en la calidad de una taza de café que la mezcla escogida.
Cuando se tuesta, el grano de café verde aumenta su tamaño hasta casi el doble, pierde peso y cambia de color, del amarillo verdoso al marrón más o menos oscuro en función del grado de tueste.
El proceso de tueste se hace a una temperatura de algo más de 200ºC. El tiempo de tostado de los granos de café depende de la variedad, de la la calidad de grano, y de la forma en que se preparará. Por ejemplo, para cafeteras con filtro es mejor un tueste ligero mientras que para un café espresso el tueste debe ser intenso.
Con este método, el café se tuesta sin ningún tipo de aditivos, sometiendo los granos a una corriente de aire caliente.
A la hora del tueste, se introduce en la tostadora hasta un 15% de azúcar que, por efecto del calor, carameliza y envuelve el grano. Se obtienen unos granos brillantes, de color más oscuro, casi negro y un café de sabor más fuerte. El café torrefacto se consume casi exclusivamente en España, Portugal, Francia y Argentina. La adición de azúcar hace perder calidad al producto final y distorsiona su sabor.