Partir del café en grano es la mejor forma, la más auténtica y natural de hacer café, de manera más especial si lo molemos justo antes de prepararlo.
Tendremos que dedicar unos minutos a moler nosotros mismos los granos pero, con la molienda, el aroma del café inundará la cocina y conseguiremos también que su sabor sea más intenso y fresco. El café debe prepararse con los granos recién molidos porque una vez realizado este proceso el café pierde su aroma.
Moler los granos no es un gran esfuerzo, pero habría que tenerlo en cuenta si somos de los que no tienen tiempo que perder por las mañanas.
El sector hostelero es el mayor consumidor de café en grano ya que dispone de un nivel muy alto de demanda y de los medios adecuados para molerlo.